martes, 8 de noviembre de 2011

Mi novio es un monstruo y no lo sabía


La mesa de madera vestía un mantel color crudo, del techo colgaba la araña antigua, la alfombra colores tierra, fuliginosos y claros, velas blancas y perfumadas, la vajilla inglesa, copas que heredé de mi abuela, en la pared el cuadro pictórico mexicano que me envió Jazmín. En la otra punta del living Louis Armstrong de fondo, el ambiente se lucia con el armónico clima navideño, yo sabía que estas fiestas serian especiales, no sé porque, pero tuve el presentimiento.
La cocinera preparó la mejor receta de Doña Petrona, pavita al horno y las más variadas ensaladas de escarola y rúcula acompañadas con los más extraños pero deliciosos aderezos  que jamás hubiese imaginado. El mejor vino tinto con fondo amaderado año 2003. Él vino a cenar en vísperas de navidad como cada año, tuvimos una grata velada, me contó sobre sus amoríos y lo difícil que le resultaba “encontrar una persona igual a él.” y quiero una persona educada a lado mío, pero no educada que sepa decir: ¡Buenos días! Buenas tardes!, no, me refiero... a otra cosa,” me gustaría encontrar a una persona que haya recibido una perfecta educación,que sepa manejar algún idioma por lo menos dos”. Esta persona tiene que  parecerse mucho a mí, tenemos que tener cosas en común” me dijo
Yo le respondí, que desde que el mundo era mundo era imposible encontrar dos personas similares en  la faz de la tierra, espero que encuentres tu alma gemela le dije, y chocamos nuestras copas de cristal, riéndonos  e insistí que lo maravilloso del mundo era que nadie era igual a nadie, que aburrido seria si todos nos comportásemos iguales. Supe que sería una víspera especial y de hecho lo fue.
Al siguiente día amanecimos juntos, por lo menos por esa noche fuimos seres totalmente idénticos. El se fue a la oficina. A la semana siguiente lo volví a ver, había llegado a casa medio embriagado diciendo que deseaba casarse conmigo, lo cual supe que era el simple efecto de la bebida. Sabía que era una farsa por qué yo tenía quince años más que él (pensé)
A la semana siguiente de navidad se quedó en casa, y ese lunes se había quedado dormido para ir al trabajo. No me aviso que lo llamase a ninguna hora en particular medio pena y lo deje dormir. Pero sonó su teléfono  móvil, era su madre.   Después supe que el se había enfurecido con  ella a causa de que "ella lo llamó para preguntar dónde había pasado la noche". En varias oportunidades presencie su furia por que él me comentaba que su madre lo trataba como si se tratara de un adolescente, pero él ya estaba grande para que lo controlaran a cada hora. Y así que cuando llegó a la casa de su madre encendió  el aparato de  música, al ver a su madre recordó que estaba enojado, así que con una sonrisa irónica tomó una silla entre sus manos y la revoleó de  tal manera  que fue a parar al otro lado del living, voló con tanta fuerza que la silla rompió la puerta de madera que dividía la habitación de la biblioteca. El resto de las sillas volaron por el resto de la casa, su madre corrió a su habitación, corrió horrorizada, hacía tiempo que no veía a su hijo tan furioso.

Yo no quise verlo más después que me enteré de esto, la verdad que tuve miedo. Su madre me llamó y me contó todo con detalles y me sorprendió haber compartido mi cama incontables veces  con semejante monstruo. Tuve miedo. Ella me contó que la doméstica inmediatamente acomodo todo, pero que en  la puerta había quedado un agujero bastante grande, la prueba de la ira,   el cuadro se arruino, y las sillas también. Su madre me contó que había llamado a su mejor amigo que era psicólogo y en especial este le sugirió que dejaran todas las cosas en completo caos, de la misma forma en que había quedado durante el brote de psicosis, así fue, la mucama y la madre del susodicho en cuestión rearmaron la escena. Ella me contó, que le contó la sirvienta que cuando el llego del trabajo y encendió las luces todo estaba igual, como congelado en el tiempo. Seguramente recapacito sobre su comportamiento... no lo sé. La cosa que una semana más tarde un camión se llevó todas sus cosas y se mudó. Yo no lo volví a ver más, cambie de compañía telefónica, también cambie número de celular, aunque sigo viviendo en la misma casa...
 Pintura de Alberto Navarro Cuevas

viernes, 28 de octubre de 2011

Primer beso

Ilustración Laura Paggi

A. ¿Te acordas de tu primer beso?
B. ¡No!
A ¿Cómo que no? sos una descorazonada, todo el mundo recuerda su primer beso.
B. Pero yo no
C. Y vos, vos ¿Si te acordas?
A. ¡Ay!, sí fue con mi primo en el auto de mi tío.
C. Boludaaa, sos una zarpada.
A. Que sé yo fue en el auto de mi tío, pero éramos chicos.
B. ¿Cuántos años tenían?
A. 13 o 14
B. No, a esa edad uno ya sabe lo que hace.
C. ¿Y qué sentiste?
A. Cosquillitas en la panza
D. Perdón,¿ de qué me perdí?
B. Que se tranzo a su primo
D. No, ¿cuál?
A. Manuel
B. Me muero ¿ y?’
D. Dale seguí contando
a. ¡Ah! la zarpada soy yo y el morbo lo tienen ustedes.
C. Jajajajaj para que yo recién llego.
B. Seguí contando
A. Bueno, fue en el auto de Raúl. Estábamos jugando, éramos un montón de chicos ese día como cada vez que tenemos fiesta, y se nos ocurrió escondernos en el asiento de atrás de el Ford Fairlane de Raúl. Nada , nos pusimos hablar ...
B. ¡Qué zarpada!
C. ¡Shhh!
D. ¡Para! seguí

A.Y le pregunte si estaba saliendo con alguien ,y me dijo que le gustaba una chica pero que todavía no había pasado nada de nada
B. ¿Y?
A.Y ahí él me pregunta si yo salía con alguien y yo le dije que no. Fue entonces cuando él me pregunto si yo sabía besar, le conteste que nunca había besado a nadie, que no sabía besar y él me dijo ¿Si queres yo te enseño? (yo solamente me sonreí) me pidió que cerrara los ojos y me beso y me siguió besando.
C ¿Y te gustó?
A. Ya les dije, tuve cosquillas en la panza y las piernas me temblaban un poquito.
D. ¿Y después qué pasó?
A. No sé qué paso después, porque yo seguí yendo a todos los cumpleaños con mi hermana y mis viejos y él dejo de ir. Pasaron como dos años hasta que lo volví a ver, y ese día casi me ignoro por completo, y tiempo después me enteré que tenía novia y que la presentaría a la familia.


Ilustración Laura Paggi

A. Bueno a hora conta vos
B. ¡No yo no!
D. Es una historia media rara esta porque hasta el día de hoy ¿No sé qué paso?
C. ¡Deja de dar vueltas y conta!
B. ¡Pu... madre !me quede sin puchos, me voy a el kiosco
C. ¡ Aguanta un poco si recién te fumaste uno!
D. ¿Me dejan seguir? Nos rateamos en primer año de la secundaria, y nos fuimos a la casa de César, fue Melina, Roció, Julio y Walter. Me había quedado en la cocina y después Rocío y Melina me dijeron que César me llamaba. Me fui para el living pero César estaba en la habitación.
A. Ay, no me sabía esa
D. César me vio y me llamo, yo me acerque lentamente porque no sabía para que

B. ¡Me voy por puchos!
C. ¡Para gorda!,¡Ahora está todo cerrado!
A. ¡Mentira, Lucia está abierto!
B. Ufa, no entiendo como no han inventado kiosco con Delivery todavía
D. Sigo"Cuando me acerque a él, me beso". Yo volaba imagínate.
C. Que historia tan tierna.
B. Para, no entendí porque decía que era una historia rara?
A. Ay, sí yo tampoco


Ilustración Laura Paggi


D. Porque no sé si Rocío y Melina hicieron una apuesta con César ese día, para que el transara conmigo o fue idea de César.
B. ¿Y porque pensas eso?
D. No sé yo nunca me atreví a preguntarle a las chicas. Yo me pregunto: si el sabia que la de los papelitos era yo.
A. Papelitos, ¿Qué papelitos?
D. Cuando salíamos al recreo, yo esperaba que Cesar saliera primero y le dejaba adentro de su carpeta notitas con “Te quiero”, "Te quiero", siempre era la misma frase...cuando volvíamos del recreo y él abría la carpeta los veía.
A. ¿Y qué hacía con los papelitos?
D. Los guardaba en el bolsillo del guardapolvo
B. ¿Pero el sabia que eras vos?
D. No sé, nunca lo supe, no sé si algún día lo sabré.
A. Seguro que el también sentía cosas por vos
B. ¡Pero se lo hubiese dicho!,¿No?
A. No se dio
D. Yo prefiero tener el recuerdo que tengo y listo
B. Nos vamos a comprar cigarrillos y venimos!

lunes, 25 de julio de 2011

Me harté y renuncie



Estuve casi un año en ese trabajo que atendía a la mujer diabética, ¿te acórdas? ¡Si te conté!, que me harte, ella desvariaba. Resulto ser que la mujer le metía púa a su esposo en mi contra. Era diabética y comía a escondidas (como todo diabético, que prefiere morir atragantado que privarse de lo que le gusta) pero le decía al marido que yo la obligaba a comer. La bestia era ella. Mentía y decía cosas que sinceramente no eran ciertas. Lo peor de esto era que el creía. Y para entrar más en detalle: en vez de pagarme cincuenta pesos por semana me pagaban treinta. Entonces me fui. Cuando avise que me iba el viejo me pidió que le firmara unos papeles. Yo firme sin negarme. Querían asegurase que no reclamará nada ante un abogado. Justo estábamos planeando ir de vacaciones a la costa. Digo estábamos porque ellos me llevaban.
Pero ni siquiera lo lamente...


Foto de Florencia Tejeda

miércoles, 9 de marzo de 2011




Les voy a narrar mi historia desde el día que vine al mundo.